Ser niño y Colchonero

Como aragones de adopción, por motivos sentimentales y muy orgulloso de ello. Ayer, yo no perdí el partido porque algo de zaragocista empiezo a tener, pero salí muy escocido por la derrota por la cantidad de personas rojiblancas que nos dimos cita en la capital aragonesa. Voy a dar paso a mi relato.

Me senté en tribuna de preferencia y a mi lado se encontraba un niño de unos seis años que junto a su padre sentía en rojiblanco. El niño era fruto de una relación entre rojiblanco de pro y aragonesa. Buena mezcla. El niño me comentaba que en su colegio era el bicho raro porque todos los niños eran de los de siempre o del Real Zaragoza. Yo le decía, mejor. Su padre le decía eso te hace especial, y razón tenía el progenitor. Porque somos especiales. Guille, que es el nombre del pequeño sólo deseaba una cosa que su atletí, marcara un gol que le diese ese golpe de emoción que produce un gol de tu equipo en directo. Los que tenemos la oportunidad de ver a nuestro Atletí en directo cada quince días no valoramos estas pequeñas historias, pero ayer Guille se fue a su casa sin ver a su Atletí marcar un gol, a él no le importan si se juega bien, si el equipo tiene garra, si somos millones en el mundo y si eramos cientos en la Romareda. Sólo le importaba que los Torres, kun y compañía le hicieran ver su primer gol rojiblanco en directo, ir al colegio al día siguiente con una sonrisa de oreja a oreja, orgulloso de ser del Atleti. Estoy seguro que se fue cabizbajo pero enseguida recobro la idea de ser diferente. Niño y Colchonero

También unas palabras de ánimo para un niño aragones de dos años que salía por la puerta 8 y que iba cabizbajo y con los ojos llorosos como Guille y que ni su padre ni un servidor pudimos sacarle una sonrisa. Dar un aliento a dos niñas del Barrio Zaragozano de Delicias que iban orgullosas de ser colchoneras pero que ayer tuvieron un revés en su ilusiones. Su Atletí podía habernos echo soñar con las viejas imágenes en blanco y negro, como decía mi compañero zaragocista de grada, cuando eramos grandes. Ahora no sé que somos.

Desde aquí un homenaje a los miles que fuimos y que no vamos a desfallecer; a los Atléticos de fuera de madrid, que saben lo duro que es serlo sin tener las fanfarrias de los otros; para los niños que sueñan con su Atlético; para las niñas de Delicias y para Guille. Un día seremos grandes en títulos que ya los somos en grandeza de su gente.

Desde aquí exigir a los Consejeros, Técnicos, Jugadores que nos saquen de esta mediocridad. Qué estáis desilusionando a muchos niños que se enganchan a esta ilusión. No se la quitéis. Le echéis más ganas y garra como los directivos, técnicos y jugadores en blanco y negro que nos hicieron grandes.

Ayer, lo hicistéis con muchos NIÑOS Aragoneses y Zaragozanos, otro día puede ser de otro lugar del mundo. Personalmente, me da mucha rabía.

Pablo José Prieto, abonado 6365. Mandado al Diario as